Entrevista a Claudia Benavente

Ayer entrevisté a la directora de La Razón, de los tres periódicos de más tirada (junto con Página 7 y El Diario) es el menos terrible. La línea editorial, como explica la propia Claudia, no es la de “un medio de oposición política prioritaria, pero tampoco es un medio oficialista”. Reconoce que la labor fundamental que le han encomendado es que el periódico sea un producto solvente, que las ventas no bajen, y a partir de esta premisa ella intenta equilibrar los contenidos sin traicionarse a sí misma pero sin dejar de cumplir con su trabajo al frente de un medio de “masas”, propiedad de un empresario venezolano dueño de petroleras y demás lindezas. Más de una hora de entrevista en la que aporta un panorama general de los movimientos sociales en Bolivia, hace un recorrido por el imaginario antes del cambio de gobierno y explica también dónde siente que estamos ahora. “No hay vuelta atrás, no vamos a volver a la situación anterior a Evo”. Sobre las mujeres también arroja informaciones interesantes. Me habla de lo que es ser chola y de lo que es ser virlocha, y esto me permite acordarme de la explicación de Faustina el día anterior. Para Claudia, licenciada en comunicación y doctorada en sociología, la chola es algo así como una figura intermedia entre la indígena y la mestiza, con rasgos de las dos, pero estigmatizada igual que la indígena (hasta el cambio de gobierno, claro). La chola mantiene una vestimenta colonial, muchas no hablan bien castellano y es una figura urbana, en muchos casos ligada al comercio (de hecho, las mujeres de los mercados son casi todas cholas). La virlocha es la hija de la chola, que ha abandonado la vestimenta de la madre, ya no es mujer de pollera sino chica a la occidental pero que guarda con dolor el estigma del cholaje. Los de arriba la llamarán despectivamente virlocha, mientras que para la indígena de abajo será una señorita. También esto me hizo acordar un comentario de Faustina “Mi hija me dice mamá, tú eres ingnoranta, eres mierda, no sabes nada porque eres chola, así me dice mi hija”. Yo misma me pregunto cómo es posible haber podido entrevistar a una mujer que debe de estar tan ocupada, es que aquí todo parece más cercano, la política es cosa de todos o al menos de una masa más numerosa y ahora también quizás más conectada entre sí. Será porque son pocos, será porque es un país del sur, será porque estoy teniendo mucha suerte y las cosas se van dando con mucha naturalidad y facilidad. Siempre. Menos con las feministas radicales, con esas tengo que trabajármelo y ganármelo, me acerco pero ellas no la ponen nada fácil, desconfían, se cierran y atacan. Aprendo de mí misma por el lugar en el que me ponen, difícil, ayer a la tarde, después de un largo día de emocionante trabajo hicieron que me llorara un ojo (uno sólo, otro fenómeno novedoso), pero tranquilidad, la lágrima no cayó. Y cuando ven que han atacado lo suficiente, que me tienen donde quieren reculan y se vuelven más afables y cuidadosas. ¿Hay que ser mala onda para mantener la autonomía?

2 comentarios el “Entrevista a Claudia Benavente

  1. emma cohen dice:

    sí, lamentablemente hay que tener mala onda por si te la dan doblada. no te arredres e insiste.

  2. dice:

    Dificilmente te veo con mala onda. Es cosa que no tienes. Pero afortunadamente te falta una otra cosa, que ellas sí tienen – de contrario no atacarían: miedo.
    Muy bien, juguemos.

    😉

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